Cuando vemos un telón sabemos que lo que vamos a ver al otro lado es una ficción y esperamos que nos ayude a entender, olvidar o soportar la realidad de este lado. Pero, ¿y si ponemos un telón enmarcando la realidad y la tratamos como ficción? De repente los límites entre ambas desaparecen y encontramos nuevas visiones o versiones de lo que somos.